Un modelo científico es una representación aproximada de la realidad que es capaz de explicar todas las observaciones realizadas hasta el momento sobre un fenómeno determinado y que permite hacer predicciones que podrán ser comprobadas con nuevas observaciones. Cuando se realizan descubrimientos que no pueden ser explicados el modelo debe ser revisado, modificado o incluso sustituido por un nuevo modelo capaz de explicar todas las observaciones. La curiosidad e interés por saber de qué están hechas las cosas ha inquietado siempre al ser humano. Los primeros intentos por explicar la composición de la materia se remontan a la época de los filósofos griegos, y durante más de 2000 años han sido formuladas distintas teorías, que iremos viendo a continuación.

El filósofo griego Demócrito, en el año 400 a. C. consideró que la materia estaba constituida por pequeñísimas partículas que no podían ser divididas, a las que llamó átomos (significa “indivisible” en griego).

Thomson, en 1898 descubrió unas partículas subatómicas con carga eléctrica negativa, los electrones, por lo que dedujo que el átomo era una esfera de materia cargada positivamente, con los electrones incrustados.

Rutherford luego demostró en 1911 que no eran macizos, si no en su mayor parte vacíos. Dedujo entonces que el átomo estaba formado por un núcleo central pequeño (con carga positiva) con los electrones girando alrededor.

Böhr propuso en 1913 que los electrones giran alrededor el núcleo en diferentes orbitas bien definidas, los que llamamos niveles de energía. Este modelo es el que utilizaremos por su simplicidad.

El modelo de Schrödinger o modelo cuántico propone un núcleo central con una “nube de electrones” alrededor, con zonas donde existe la probabilidad de encontrar al electrón, pero no está definido como en los anteriores modelos.